Empresa=unidad activa de comunicación (UAC)

El otro dí­a desarrollaba en una charla una idea que se me antoja novedosa. Comentaba a un pequeño grupo de comunicadores y gente de internet que una empresa es una unidad activa de comunicación (uac). Pero antes de hablar de este concepto, pensemos primero en esto: cualquier organización, productiva o no, se sostiene en función de qué es capaz de hacer y con qué resultados.

En todo grupo organizado, y la empresa lo es, se necesita un entramado a través del cual fluyan los mensajes y los datos para llevar a cabo acciones de una forma más o menos coordinada. Eso siempre ha sido así­. Actualmente y de forma mayoritaria, los datos y los mensajes se transmiten por diferentes medios que van desde el teléfono, el encuentro personal, el mail…

La gran paradoja es que no se le suele prestar mucha atención a si una empresa está bien comunicada o no, tanto con su entorno como de puertas adentro. Bajo mi punto de vista, si una empresa está bien comunicada es eficiente y rentable y si no lo está, pues no. Finalmente, todo se conecta con la reputación. La secuencia entonces serí­a:

empresa bien comunicada=empresa eficiente=empresa bien reputada

¿Y qué importancia tiene hoy en dí­a el que la empresa sea una unidad activa de comunicación? Pues mucha debido fundamentalmente al incremento notable de los medios que favorecen la comunicación, singularmente a través del diálogo y la participación. Nunca antes hasta ahora la empresa contaba con tantas herramientas que reforzaban su dimensión comunicadora.

La empresa se conecta más y más ( o tiene posibilidades para ello ) y está llamada a cambiar su filosofí­a para hacer un uso adecuado de los nuevos medios. Ello le permitirá, esencialmente: abrirse a más conocimiento y a conocer de primera mano, en una especie de estudio de mercado permanente si se me permite, qué opinan las personas de ella. La polí­tica que para ‘las cosas nuevas’ suele ser más ágil que la empresa, ya ha visto claro la oportunidad y ha adoptado el rol de medio de comunicación, como apunta Dans.

La conclusión que finalmente me gustarí­a plasmar es la siguiente: hoy en dí­a competir significa saber comunicar. La presencia de las marcas en el mercado se apoya en medios tradicionales y en los nuevos ( los participativos). Los primeros ya sabemos cómo trabajan, los segundos refuerzan la idea de que una empresa es una unidad activa de comunicación, lo que exigirá a las compañí­as que ejecuten un nuevo modus operandi fundamental para sus propósitos.


Comments

  1. Comprendido y aceptado sin cuestionamiento el hecho de que la eficacia y eficiencia de una Institución o Empresa depende de la comunicación. La preguna es ¿las Instituciones Públicas «deben» manejarse sujetas a parámetros establecidos, cómo romperlos y cómo implementar planes comunicacionales desde la situación de un subalterno, sumando a ello la centralizacion de un presupuesto que no inlcuye proyectos comunicacionales y más aún cuando vivimos dentro de un contexto donde se desconoce o ignora la importancia de la comunicación?

  2. La verdad que con todos esos condicionantes, Mercedes, la cosa se pone muy, muy complicada. Basar la gestión de empresa en la Comunicación requiere una decisión estratégica de gran envergadura.