¿Sirve el Free sólo para garantizar la compra del Freemium?

No sé si el modelo de negocio del Free, que lleva ya unos meses sonando en la órbita de Chris Anderson, es o no una de las ‘grandes aportaciones del momento’, pero sí­ sé desde luego que es algo que tiene algo de ‘sentido’, y no sé si ‘sensibilidad’.

Bromas aparte, lo que resulta evidente es que en la cultura digital de internet se basa en la multiplicación hasta el infinito de los contenidos prácticamente a coste cero. Y esto es muy difí­cil de delimitar. La clave para mi del Free es el Freemium:

Lo asegura con meridiana claridad Mike Masnick en Techdirt:

It’s not that free is the business model. It’s that the free stuff helps promote other business models that can make more money.

La cuestión es, por lo tanto, los contenidos free sirven, de un lado, para incrementar la difusión de un producto que, finalmente, puede ser vendido de forma parcial. Pensemos en la música, que se encuentra gratis en internet. Los grupos pueden hacer dinero a través de los conciertos y por la venta de su merchandising.

Desde este punto de vista, lo que debe tenerse claro en un negocio free es que tiene que haber algo que no sea realmente free y que la gente lo demande y lo pague. Pensemos en una degustación en un lineal de un supermercado. Es gratis y si te gusta hasta el punto de querer llevártelo a tu casa, entonces tienes que adquirir el producto empaquetado de la forma que sea.

Pero veamos, de otro lado, otra visión de la cultura free. Lo interesante en la cultura digital es que la parte gratis es muy generosa ( mucho más que un simple pinchito de la degustación) pues favorece la utilización para otras actividades de negocio. Es decir, yo puedo valerme de un software libre para construir otro a medida para alguien que está dispuesto a pagarme por ello.

La filosofí­a del free es hija del ‘mundo de las ideas’. Y es evidente que, lo que más puede haber son ideas que, una vez difundidas, como aquel que dice, ya no nos pertenecen. Lo realmente complicado- ahora y siempre- consiste en convertirlas en realidad.