¿Es 'bueno que hablen de uno aunque sea mal'?

Dice un refrán muy común en el ambiente polí­tico que ‘mejor que hablen de uno, aunque sea mal’. Ello puede entenderse por: ‘no estoy muerto polí­ticamente hablando, si acaso soy presa de un debate en el que siempre suelen darse crí­ticas muy duras, pero todo pasa’. Así­ es, para un polí­tico es fundamental estar en la palestra y eso significa que hay momentos (los más si lo piensas) en los que tiene que aguantar ataques verbales.

¿Y para una empresa o una marca? Pues en el entorno de una influencia creciente de los medios participativos, deberí­a empezar a ser normal. Paul Gillin ( atrevido él) dice que es hasta conveniente. No sé yo. La cuestión es que, si parece adecuado que las marcas empiecen a aceptar que hay momentos en los que alguien diga abiertamente en internet: ‘esto que usted hace no me gusta’ e, incluso, algo parecido pero no tan educado.

Estoy completamente convencido que en algún lugar de la red habrá alguien que esté en descuardo con alguna marca, aquella más conocida que está en nuestra mente junto con otras en un listado ( short list) que no tiene más de cuatro o cinco por cada categorí­a de producto. Otro nivel superior, si se quiere ver de esta manera, serí­a el de ese tipo de crí­ticas virales que ponen en el disparadero a una empresa determinada ( y casos hay, ya clásicos, como los de Johnson & Johnson y su analgésico Motrin, Dell, Kryptonite…). La pregunta es: ¿se puede salir airoso incluso de este tipo de situaciones claramente negativas para los intereses de una empresa? La respuesta no puede ser otra que sí­. Y- salvando las distancias- ocurrirí­a como en el rifirafe polí­tico en el que el polí­tico vituperado sale airoso, siempre.

Yo no sé si en el caso de las empresas vale eso de es ‘mejor que hablen de uno, aunque sea mal’, porque quizás sea mucho para el cuerpo (el de los dueños o directivos), ahora bien, lo que sí­ parece obvio es que las empresas tienen que ir aprendiendo a convivir con ciertos niveles de crí­ticas. El paso subsiguiente es bien claro: oyendo esas crí­ticas se puede establecer mejoras, si son interesantes; o, simplemente, están ahí­ para ser atendidas porque es lo que marca el sentido común y la educación.

Probablemente nos encontremos aún en una fase muy preliminar de este nuevo estado de cosas, pero desde luego la tendencia está ya marcada, por lo que lo último que puede hacer la empresa es volver la mirada hacia otro sitio o meter la cabeza debajo de tierra cual avestruz. Llegan pues tiempos en los que dilucidar la solidez de una marca se logrará, en momentos dados, a costa de asumir que se hable de uno aunque sea mal.


Comments

  1. marola dice:

    Realmente creo que es bueno que hablen de alguien, en bueno o en malo, la diferencia es que a todos nos encantaría que hablaran bien, eso es imposible. Ahora, soy partidaria de que quien se acuerda de alguien lo mantiene vivo. Ese simple echo de recordar a una persona hace que siga en la mente, en el mundo. Da lo mismo de como se acuerden, mientras hablen de ti. Además todos los que hablen no tendrán nunca la misma idea de como era esa persona.
    Y por otro lado el que hablen mal, por decirlo de alguna forma, tampoco es malo, cada persona tiene unos ideales, una forma de pensar, eso choca en muchas ocasiones con los demás. La variedad de pensamiento es lo que nos hace diferentes y mejores. Saludos cordiales. Marian

  2. Yo creo que esto es como al nivel personal. Lo que debe hacer la empresa es pasar del tema, agradecer que le están dando publicidad ( porque si no fuese por malos comentarios, qué sería de algunas, admitamoslo…), y sutilmente, intentar quitar esa imagen, o aprovecharse, y reflejar lo que a nivel personal aparece de forma natural : si alguien te critica, es por ego, algo haces mejor que esa persona.

    Un saludo!

    PD: ah , se te ha olvidado el gran anuncio de Don Simón, y sus achazos contra Sunny. Don Simón es murciano como yo, jajaja qué grande.

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