Efectivamente, el ‘poder del público’ es el que exige a las empresas su entrada y evolución hacia el entorno 2.0. Esa es la auténtica fuerza que las puede conducir hacia los derroteros de una gestión de los mercados y del conocimiento sobre la base de la participación. En ese contexto se ha comenzado ya a hablar del quinto poder, el que se concentra en las manos de la gente a través de las herramientas de la web 2.0.
Esa es para mi la razón de ser de la inmersión empresarial en este nuevo código de comportamientos. Queda en un segundo lugar, bajo mi punto de vista, las razones de incremento de la productividad y de la eficiencia que las empresas pueden obtener como consecuencia del uso de los blogs, redes sociales, microblogging, etc.
Pongamos como ejemplo Twitter, a medio camino según muchos, entre el microblogging y las redes sociales. Son muchos los usuarios y analistas que valoran con gran determinación todo lo que aporta esta herramienta, como su gran potencialidad para la coordinación de equipos con todo lo que ello supone de ahorro de costes, aunque su verdadero impacto se centra en las valoraciones que las personas hacen de las marcas a través de ella.
En ese sentido, la gran aportación de Twitter es el Twitter search y su posible seguimiento vía RSS que permite a cualquier empresa conocer qué se dice por ahí de ella o de sus productos. Y aquí es donde reside el ‘poder del público’.
Otra cosa es que, como consecuencia del ‘poder del público’ como puerta de entrada de las empresas en el mundo del 2.0, se puedan plantear a posteri la aplicación de otras bondades de las herramientas 2.0 como la productividad y la eficiencia. Esa dinámica se encuadra dentro de un marco más global que Dans denomina como el fin de la intermediación, esto es, la anulación de los costes de los intermediarios que en algunos sectores evita internet.
En el caso concreto de las empresas ( y me refiero en este caso a las tradicionales) la involucración al entorno participativo tiene su propia evolución. Primero son algunas de las personas componentes de la organización las que detectan la trascendencia de los blogs, redes y demás. De las personas se pasa a los departamentos, siendo muy difícil el caso de que sea la propia dirección general la que de el primer paso.
En el caso de las empresas, una vez iniciado el tránsito por la senda 2.0, se plantea un considerable debate sobre si se deben usar los servicios existentes en el mercado (Twitter, WordPress, Facebook…) o sería mejor obtener plaformas propias. Todo un debate, sí señor.
[…] los medios participativos si en la mayoría de los casos concentran nanoaudiencias? Días atrás hablábamos en el blog de EBE del quinto poder ( el de la web 2.0), ése que está en manos de los consumidores que, por primera vez en la […]