Hoy en firmas invitadas, Javier Leiva, responsable de Catorze. Repasará el uso de los tags y su utilidad.
Javier comenzó su andadura en la blogosfera en 2003 con ‘Bibliotecario desordenado’, erigiéndose como el primer blog en castellano dedicado íntegramente a temas de biblioteconomía y documentación. Si añadimos a su biografía, su preocupación por difunfir el uso de los blogs como plataformas de gestión en bibliotecas y centros de documentación, hace que estemos frente a una de las grandes referencias del sector.
Una palabra clave es un término del lenguaje (natural, en origen) que se usa para la indización de documentos y que también es conocido en términos de gestión de información como descriptor libre. En el contexto de una internet popularizada en que vivimos hoy en día cada usuario puede publicar sus propios contenidos y en muchas ocasiones es él mismo quien termina asignando estos descriptores libres al material que genera.
La mayoría de los lectores ya habrán adivinado que estoy hablando de las etiquetas o tags, y los pocos que no lo hubieran hecho después de leer esta última frase enseguida se habrán recordado a ellos mismos etiquetando algún recurso. Tomemos una etiqueta como ebe08 y veamos algunos ejemplos:
¿En qué ayudan las etiquetas?
Como hemos visto, podemos usar una etiqueta (o combinar más de una) como criterio en una búsqueda allí donde se utilizan para indexar. En el caso anterior los ejemplos son de un término creado específicamente con la intención de que puedan ser encontrados todos los contenidos generados en la Red que hagan referencia al Evento Blog España de 2008. Se trata de una práctica creciente en relación con congresos y seminarios, pero donde más se usan las etiquetas es en el lenguaje natural: escribimos un artículo sobre bancos de atún y usamos la etiqueta pesca (o atún, o ambas); publicamos una fotografía de la plaza del pueblo y la etiquetamos con el nombre del pueblo, con el de la plaza, con el propio término plaza e incluso con sus elementos (bancos, árbol, niños…). Podría seguir con ejemplos hasta el infinito.
«Las etiquetas son buenas para el que publica porque le permiten ofrecer multitud de posibles puntos de acceso»
Así pues, las etiquetas son buenas para el que publica porque le permiten ofrecer multitud de posibles puntos de acceso hacia sus contenidos. Cuanto más específico y echaustivo sea en su etiquetado, más posibilidades tendrá de que alguien llegue a consultar su propuesta. Al mismo tiempo, para quien busca también mejoran mucho las posibilidades de encontrar porque el productor le está ayudando dejándole un montón de miguitas de pan que seguir. Para ambas partes el uso de las etiquetas es egoista, pero al final la experiencia beneficia a todos.
¿Es un método fiable?
Que sean los autores los que etiquetan su propio contenido puede ocasionar algunos problemas: falseamiento para atraer a determinados visitantes que terminarán encontrando algo que en realidad no estaban buscando, subjetividad del autor, falta de profesionalidad en la indización, etc. En teoría todos estos problemas se solucionan echando mano de indizadores profesionales (bibliotecarios), y si rizamos más el rizo en vez de descriptores libres (o alternativamente) podríamos usar uno o varios lenguajes controlados. Así tendríamos todos los recursos tratados desde un criterio común y esto debería repercutir en una recuperación de mayor calidad. En 11870, por ejemplo, han recurrido a este método manual (combinado, para ser totalmente veraces) porque se han dado cuenta de que era muy difícil garantizar a sus usuarios que iban a encontrar todos los servicios que buscaban dentro de una área determinada (anteriormente había información que no se hacia visible).
De todos modos hay muchísimos otros servicios que funcionan perfectamente con el etiquetado de los usuarios y en los que, por otro lado, hay tal volumen de información entrando continuamente que no sería posible procesarla toda solo con humanos. Flickr es un magnífico ejemplo de ello. Seguro que se dan los problemas descritos anteriormente, pero existe un factor que los corrige: el volumen. En Flickr se suben millones de fotos al día, y eso significa mucha gente etiquetando al mismo tiempo. Además, cualquier usuario puede permitir que las fotos propias las etiquete cualquiera; eso añade exhaustividad, matices, y permite finalmente contar con grandes paquetes de fotos con un tema común. Un ejemplo que me gusta citar: las fotos de bodas (más de 10 millones de fotos en el momento de escribir este texto). Flickr es capaz de ofrecer juntas todas las fotografías etiquetadas bajo wedding, pero también es capaz de cruzar los datos de etiquetas relacionadas y crear grupos: los clústeres. Así, aplicando tecnología y confiando en la tarea indizadora de los usuarios, podemos pasarnos una tarde entera viendo fotos de los trajes y vestidos de los invitados sin tener que prestar atención a tartas o a flores.
Post escrito por Javier Leiva, fundador de Catorze, empresa afincada en Barcelona especializada en la gestión de la presencia de las empresas en la red.
[…] esta ocasión me han invitado a mi y les he pasado un texto sobre etiquetas titulado Usuarios indizadores: los tagueadores. Un fragmento: Así pues, las etiquetas son buenas para el que publica porque le permiten ofrecer […]