La muerte de los blogs: 3 tesis a examen. ¿Realidad o ficción?

Hoy en firmas invitadas, Amalio Rey. @arey en este artí­culo destroza los argumentos apocalí­pticos sobre la muerte de los blogs.

Foto de Amalio Rey Amalio Rey es Director de eMOTools SL, donde forma y asesora en gestión de la innovación y la I+D. Vive y trabaja en Málaga. Durante 7 años, fue Profesor del Departamento de Economí­a de la Empresa de la Universidad Carlos III de Madrid, donde impartió las asignaturas de «Economí­a de la Empresa» y «Dirección Estratégica de la Tecnologí­a», así­ como varios programas de postgrado. En la actualidad es Director del Master en Gestión Empresarial de la I+D y la Innovación Tecnológica que convoca el Parque Tecnológico de Andalucí­a (PTA).

Es un entusiasta de la innovación participativa, de la digitalización en los procesos de innovación

En 2008, ganó el Premio al mejor blog andaluz de Cibersur

Siempre que leo un titular que vaticina la inminente muerte de los blog, mi reacción se repite: ¡¡me troncho de la risa!! Parece que más de un conferencista quiere renovar su cartera de ponencias porque el blog le suena a «producto maduro».

Es lo que pasa cuando se mezcla la creatividad crónica con el afán de protagonismo: querer llamar la atención con un titular provocador, pero con argumentos nada contrastados. Hablar por hablar, digo yo.
Esta oleada comenzó allá por Octubre de 2008, cuando un tal Paul Boutin publicó un más que discutible artí­culo en WIRED donde tachaba a los blog de algo anacrónico y desaconsejaba seguir invirtiendo en ellos. Se armó la marimorena, y el debate vivió su mayor intensidad en esos meses.

Cuando parecí­a un asunto del pasado, un debate estéril y sin sentido, veo que el fantasma se anima de nuevo, esta vez con un eco creciente en los medios masivos de difusión.

Una tesis que antes discurrió solo por ambientes-geek, ahora salta con inusitado vigor a periódicos y emisoras de radio. Esta semana escuché de nuevo el pronóstico de defunción de los blog en la mismí­sima Cadena SER, por alguien presentado como un gran experto del “social media”.
Hablar de la muerte de los blog suena chic, futurista e innovador, pero poca sustancia hay detrás. Para mí­, aquí­ se cometen cuatro errores:

  • asociar «muerte» (que es una palabra seria) con «pérdida de novedad», o que algo deje de ser una moda alucinante,
  • pensar que el blog se escribe, y se lee, con un único objetivo, cuando en él caben múltiples perspectivas, tanto para el autor como para el lector,
  • adoptar el prejuicio elitista de que la cantidad tiene necesariamente que sacrificar la calidad,
  • malinterpretar datos como la disminución del crecimiento del número de blog (que no es un indicio de patologí­a, sino un sí­ntoma de consolidación y madurez)

El vaquero dejó hace mucho tiempo de ser una prenda original y novedosa, algo cool como dicen ahora, porque se masificó y adoptó por las mayorí­as pero, ¿eso lo mató? Para nada, ahí­ lo vemos vivito y coleando, y sin sustituto que ponga en duda su primací­a.

Dicho hecho, quiero detenerme en tres tesis o argumentos que se usan habitualmente para pronosticar la caí­da de los blog, pero que a mí­ me parecen muy poco serias:

  1. Los blog generan infoxicación, crean ruido y se han vulgarizado
  2. El microblogging o nano-blogging se va a comer al blog
  3. Los viejos blogueros están abandonando, lo están dejando.

Analicemos…

«Los blog generan infoxicación, crean ruido, no son serios»

Hay muchos tipos de quejas en esta lí­nea, y la mayorí­a tiene bastante tufillo elitista: «oye, qué hace esa gentuza que no sabe nada hablando de lo mí­o, de esto que yo sí­ sé». Asociar el blog con polución informativa es una afirmación rotunda que no se sostiene, y explicaré por qué con un ejemplo.

Para que un paí­s sea muy bueno en un deporte, tiene que promover el deporte de masas. A más gente practique el tenis, mejores tenistas vamos a tener (y también peores, porque más se quedaran en el camino). Mientras más gente haya en la base de la pirámide, mejores serán los que lleguen arriba. Pues eso, que la calidad es hija (casi siempre) de la cantidad.

¿Y por qué molesta tanto que haya gente, que incluso no sabiendo, esté por ahí­ escribiendo, explorando, triturando palabras y también (hay que decirlo), aprendiendo mientras escribe?
Eso no deberí­a preocuparnos tanto. Empezamos a tener herramientas potentes para gestionar el ruido de internet. La más importante se llama RSS o lectores de feeds, que ha cambiado definitivamente el modo en que interactuamos con los contenidos de la red.

Ahora no tenemos que «navegar», basta con suscribirnos a lo que queremos leer, y que venga a nosotros. ¿No quieres ruido? Vale, no te suscribas a las fuentes de ruido. Aunque de vez en cuando es aconsejable que actualices tu agregador con contenidos frescos, así­ que vuelve a navegar, pero con criterio.

Por otra parte, tenemos a los sistemas de reputación que intentan ponderar opiniones y destacar lo que brilla entre la multitud. Vale, es cierto que no funcionan bien todaví­a, pero Internet es cada vez más eficaz a la hora de asignar autoridad a quien se la merece. Los trucos de SEO pueden distorsionar un poco, pero al final, Internet es muy meritocrática.

Pero no quiero terminar esta parte de mi argumentación sin compartir contigo la reflexión siguiente: ¿Y cuál es la alternativa? ¿Regresamos al sistema de editores que eligen a dedo quien publica? ¿Volvemos a someter la sabidurí­a colectiva a la dictadura del experto, con sus sesgos y eventuales intereses espurios? Pues no, los blog han abierto un camino para la expresión democrática que no tiene parangón en la historia. Han desplomado las barreras a la entrada de la publicación, la han democratizado. ¿Más gente hablando «tonterí­as»? Vale, es el peaje que tenemos que pagar para poder descubrir mentes brillantes que antes no tení­an forma alguna de hacerse visibles.

Déjame a mí­ entonces que decida qué es ruido y qué sustancia, porque la práctica del experto-que-se-reúne-a-puertas-cerradas-para-seleccionar es algo obsoleto, muy superado desde mi punto de vista.
En este contexto, no deberí­a asustarnos lo que Alorza llama la «vulgarización» o «barbarización» del mundo de los blog, con la oleada de gente que está llegando para probar con su propio blog, muchas veces sin saber para qué. No pasa nada, que prueben, que aprendan, y que decidan al final si les vale la pena. Si me interesa lo que escriben, los leo, y si no, pues no existen para mí­.

Ah… que tenemos que mejorar nuestras herramientas de criba, para aislar el ruido… vale, yo me apunto. Pero no hagamos lo que hizo aquel marido que al llegar a casa se encontró a su mujer con un amante en el sofá del salón, y exclamó: «¡¡esto no volverá a ocurrir!!» e inmediatamente tiró el sofá por la ventana.
El problema, obviamente, no está en el sofá (los blog) sino en la mejora de las herramientas de selección de contenidos y más que en eso, en la práctica de una lectura crí­tica.

Insisto, creo que hay mucho elitismo en la corriente actual de crí­ticas a los blog. Y lo curioso es que las mayores crí­ticas provienen de dos tipos de fuentes:

  1. Los medios de comunicación tradicionales, y el corporativismo periodí­stico atrincherado, que ven en los blog (después de mofarse de ellos mucho tiempo) un rival peligroso que cuestiona su comodidad de antaño.
  2. Blogueros famosos que han agotado su ciclo, ya están aburridos, y creen que a los demás nos pasa lo mismo (esto me recuerda la intolerancia beligerante de algunos fumadores cuando lo dejan)

Vamos a analizar ahora la segunda tesis o argumento.

«El microblogging o nanoblogging se va a comer a los blog»

Qué maní­a tienen algunos de usar el «o» donde cabe la «y». Bueno, lo comprendo a medias, la «o» propone un dilema que suena más periodí­stico, más provocador, vaya. Pero creo que se abusa mucho de las falsas alternativas.

Pues nada, estoy convencido que el blog es complementario al microblogging. La frase al revés se cumple igual. No compiten entre sí­, se refuerzan mutuamente. Ambos comparten el espí­ritu informal de la cultura 2.0, en eso son hermanos gemelos, pero tienen grandes diferencias que los hacen complementarios:

  • 140 caracteres NO pueden alcanzar para hablar y argumentar sobre cualquier cosa. Adoro la sí­ntesis, pero sé que hay asuntos que exigen mucho más espacio para ser abordados seriamente. Ahí­ es donde entra el blog.
  • El microblogging absorbe, y vive en buena medida, de los contenidos que generan los blogs. Los blogs son parte de la energí­a vital que alimenta y enriquece la conversación del microblogging, sobre todo a través de recomendaciones y enlaces. Y se puede decir lo mismo al revés, porque Twitter potencia y regenera las visitas a los blogs, y es un canalizador de visitantes a los blog.
  • Los contenidos que se publican en Twitter son mucho más «lí­quidos» que los que van a los blogs. Tu «impronta» en Twitter casi se evapora después que tu tweet es desplazado a la tercera o cuarta pantalla. Lo que has escrito es cierto que sigue ahí­, pero la inmediatez se lo traga. En los blog no pasa eso, o pasa menos. Son contenidos con un ciclo de vida más largo (aunque menos corto que las web).
  • El autor de un blog suele contar con más fidelidad que el twittero.
  • El microblogging mantiene una velocidad que mucha gente no aguanta. Es imposible para mucha gente (que trabaja) mantener el ritmo de un Twitter a tope, con muchos followings. Los blog son más sosegados, más serenos.

Por eso cada uno tiene su razón de ser, y se complementan. No hay por qué pensar que herramientas como Twitter vayan a significar la defunción del blog, como tanto se está diciendo.

La tercera y última tesis…

«Los viejos blogueros se están retirando, lo están dejando»

Bueno, algunos de los «viejos» es posible que sí­, aunque eso está por demostrarse. Lo que sí­ tengo claro es que los blogueros genuinos, aquellos que escriben por el mero disfrute de hacerlo y no como herramienta de marketing, siguen ahí­.

Esa es una importante diferencia, y de la que poca gente se da cuenta. Conozco a blogueros que lo han dejado y blogueros que siguen. Y según mi muestra, que no es representativa pero es la mí­a, la pregunta que separa a ambos grupos con bastante certeza es: ¿(sinceramente) por qué escribes un blog?

Los que siguen, escriben porque disfrutan, por el proceso de comunicar, que está en la esencia misma de los blog. Los que abandonan, lo hacen por alguna(s) de estas cuatro razones:

  1. Su vida ha cambiado, tienen otras ocupaciones, y mantener un blog exige un tiempo que no tienen
  2. El blog ha dejado de ser lo que fue para ellos: una herramienta para potenciar su imagen, porque esa imagen ya la tienen (construida precisamente gracias al blog). Han calculado que el coste marginal de escribir cada nuevo post en comparación con su impacto en la imagen no les compensa.
  3. El blog exige, para los que escriben sobre-todo-por-imagen y ya la tienen, mantener unos niveles de calidad y excelencia que puede generar estrés. No es lo mismo concentrar el genio en un artí­culo mensual de una revista de prestigio, que mantener dos posts semanales con un nivel alto de calidad. Ya tienes un nombre, entonces ahora lo cuidas exponiéndote menos. También hay mucho aquí­ de la «ley del menor esfuerzo», una ley que es muy humana pero que visita primero a los que ya están en la cima y pueden vivir de la renta.
  4. Algunos se han aburrido y ya no les apetece escribir. Han agotado un ciclo personal o profesional, y sus gustos han cambiado: «a otra cosa, mariposa». Pues nada, totalmente legí­timo.

Pero insisto. Aquellos que escriben disfrutando el proceso, y no tanto los resultados (tráfico y prestigio), siguen ahí­ en su gran mayorí­a. Si fluyes en lo que haces, escribir no es esfuerzo sino un disfrute. Es algo ajeno a las tendencias, y a las modas que anuncien los expertos de turno. Tú escribes y conectas con tu comunidad porque te gusta, y nada más.

Para terminar, quiero retomar algo que escribí­ hace poco en mi blog y que resume bastante bien lo que pienso sobre esto:

En estos dí­as estamos presenciando un debate que me parece absurdo: ¿La muerte de los blog? ¿Los blog contaminan, generan mucho ruido? Creo, honestamente, que hay gente que empieza a aburrirse de bloguear y supone que los demás lo llevan igual. Y otros a los que les sobrepasa la vocación de servicio que implica mantener un blog (con sus consiguientes «costes de oportunidad» empresariales), y en lugar de echarse a un lado con humildad, optan por denostarlo.

Pues eso, acepto todos los argumentos. La mayorí­a de los puntos de vista son válidos, y conviene escucharlos. Pero lo que no entiendo es que algunos pretendan generalizar a partir de su propio desgano o apatí­a, que es muy personal. A ellos le digo: «cierre su blog, por las razones que quiera y está en su derecho, pero deje al resto tranquilo, porque los blog tienen una larguí­sima vida por delante».

Si quieres seguir con más profusión el debate sobre «la muerte de los blog», te recomiendo visitar estos enlaces:

Post escrito por Amalio Rey.


Comments

  1. SrDelGaS dice:

    Buenas Amalio, me alegra que te gustara la réplica sobre el artículo que vimos en Wired, gracias por la cita.

    Un saludo desde EsAlgoPersonal.

  2. Preguntas abiertas que me surgen:
    ¿Por qué la gran mayoría de blogueros tuitean las nuevas entradas en su blog cuando las publican? Una prueba más de la combinación de blogs + twitter

    ¿Por qué las visitas al blog no bajan aunque no publiques? Lo escrito, escrito está y twitter carece de dicha persistencia. ¿acaso los medios tradicionales no incrementan sus inversiones para traer a la luz sus hemerotecas y grabaciones antiguas?

    ¿Por qué tener un blog implica publicar sin parar? Todos los profesionales toman descansos, cambian de sector, disfrutan años sabáticos, investigan… ¿acaso un bloguero no puede cansarse y probar otras cosas?

  3. No es mi caso, pero si que empiezo a percibir cierto “desgaste” en algunos blogueros profesionales, y en especial lo noto en los más antiguos, quienes incluso lo han expuesto en sus blogs y/o me lo han comentado personalmente… y es que al parecer, se encuentran en la fase inicial de tomar rumbos diferentes con intereses diversos, más que nada, por no saber a dónde se dirige todo el esfuerzo que dedican a la blogosfera… lo que está generando más interrogantes sobre si “tanto esfuerzo” no debería ser también rentable, aspecto que seguramente se han planteado algunos de vosotros.
    Por mi parte, el blog ha pasado de ser un hobby a convertirse en mi marca personal y por eso estoy tratando de trabajarlo en paralelo con mi trabajo formal por cuenta ajena. Pero todavía no estoy seguro de si esas ganas que tengo de escribir y esa inspiración que surge de hacer algo por placer, pueda ser enfocada en el blog una vez lo empiece a ver como «trabajo»… No sé.
    Lo que si es cierto es que los blogs no han muerto y seguirán enttre nosotros siempre, o al menos por ahora.
    SM

  4. JT dice:

    Qué buena argumentación, Amalio. Me la guardo para cuando alguien me venga «con esas»…

    Por cierto, no quiero irme mucho del tema, pero comparto totalmente la duda de Senior Manager sobre esto:

    Pero todavía no estoy seguro de si esas ganas que tengo de escribir y esa inspiración que surge de hacer algo por placer, pueda ser enfocada en el blog una vez lo empiece a ver como “trabajo”… No sé.

    A mí el no-trabajo productivo me funciona muy bien. Si no logro llevarlos con dignidad e igual entusiasmo a otro ámbito. espero al menos poder conseguir manteniendo los blogs como ese «sumidero lateral de creatividad no (muy) instrumentalizada» que son ahora mismo para mí…

  5. Jorge y Senior:
    Cada cual es como es, pero mi respuesta a esa duda la tengo clara y es un rotundo NO.
    NO puedo verlo «como un trabajo» porque entonces el matiz y las sensaciones cambian. La inspiracion que nace del placer, como dice SM, es única e irrepetible. Se traduce en un entusiasmo y una autenticidad que, para los que tenemos ya un cierto «sexto sentido digital», es facil percibir. Lo contrario tambien se cumple, uno «capta» muy bien el olor-a-despacho y la ansiedad-por-la-imagen cuando bloguear empieza a ser mas un compromiso laboral que un mero disfrute por escribir y comunicarse.
    Otra cosa muy distinta es que uno, mientras disfruta, pueda potenciar aspectos de su trabajo. Eso esta claro, y tambien que… mientras mas disfrutas, mas probabilidades tienes que el blog sea seguido y pueda terminar generando mas «marca» (aunque la palabra no me gusta.. la verdad).
    Jaime, me interesa en particular tu ultima pregunta. Totalmente de acuerdo, mi respuesta es SI y tambien rotundo. Un bloguero puede cansarse, y dejarlo. Esta en su derecho. Incluso es bueno que lo haga si eso es lo que siente, y asi no finge un entusiasmo que ya no tiene. Es parte de la autenticidad bloguera que tenemos que proteger.
    Pero, insisto, «déjalo… OK, pero no hables mal de los blog… simplemente porque a ti el ciclo se te haya agotado».

  6. Los blogs permanecerán e incluso evolucionaran a mejor , llegando a más usuarios , ampliando contenidos y posibilidades pensar otra cosa sería que dar marcha atras en el tiempo

  7. Ni caso.Cada año las trompetas apocalipticas suenan de nuevo.Como dice Amalio, el año pasado visperas del EBE y este año, antes, pues esta clarisimo el exito del evento.Yo de hecho me he quedado fuera por horas.Y voy desde Tenerife.Pero no pierdo la esperanza de ir a Sevilla.
    De todas formas seamos sinceros,hay que tener mucha constancia.Yo tiro la toalla de vez en cuando, pero vuelvo, porque lo necesito como el aire.Y tengo tanto que aprender de todos vds………….

  8. Lo que si es cierto es que los blogs se han masificado, ya cualquiera crea un blog creyendo que tendra miles de seguidores y luego se lleva la decepcion de que no, que para crear un blog debes saber, conocer y compartir conocimientos y no todos disponemos de estos. Y luego esos blog se quedan aburridos en la infinidad de internet cogiendo cibertelarañas hasta que caducan. Gente!!! si quieres tener un blog, hazlo bien.

  9. Totalmente de acuerdo con tigo..
    «el microblogging vive de los contenidos de los bloggers»..

    Gracias por este fantastico articulo.. me ha costado tiempo leerlo, siendo más de 140 caracteres.. pero muy bueno.

    pd. perdona mi castillano, no es mi idioma.. ciao.

  10. Bien dicho Amalio:
    Has triturado con un completo y razonado análisis, a estos pesados que están una y otra vez con la muerte de los blogs. Creo sinceramente, desde mi perspectiva de blogger (Año 2007) que no les ha gustado nunca esta nueva y revolucionaria forma de comunicarse que no solamente ha cambiado el mundo sino que ha cambiado la forma en la que el mundo cambia. Ni les ha gustado ni les gusta, quizá por intereses partidistas y/o económicos, no sé…, pero lo que está clarísimo que esta democracia digital que nos permite escribir lo que quieres y que alguien te lea – o no – no la va a parar nadie; se ha intentado con leyes y no lo han conseguido.
    El blog debe aportar algo a la blogosfera, si se parte de esta premisa y se va actualizando al ritmo que se pueda y con cierta calidad, el blog no morirá.
    Felicidades por el artículo y saludos digitales por siempre bloggers.

  11. Excelente! estoy de acuerdo con tu cita:
    “cierre su blog, por las razones que quiera y está en su derecho, pero deje al resto tranquilo, porque los blog tienen una larguísima vida por delante”.