Posicionándonos con Robert Barr

A través de una charla dinámica, fresca y muy amena, Robert Barr ha hecho un recorrido por la evolución y características de la información geolocalizada que circula en la red de manera intensa.

¿Somos conscientes de la cantidad de dispositivos que son localizables y rastreables de manera pública y de los servicios de la web social con información sensible? Un pasaporte, tarjetas de crédito, del metro, un móvil, tarjetas de identifiación; todos estos elementos son emisores de ondas de radiofrecuencia que pueden identificarse y rastrearse con facilidad. Además de estos dispositivos, compartimos fotografías geolocalizadas, mensajes con nuestra posición, usamos servicios  como Google Latitude o Foursquare, que facilitan y estimulan el compartir esta información en las redes sociales. No solamente compartimos los datos con nuestros amigos, los compartimos con las organizaciones y empresas que facilitan estos servicios, y LOS USAN.

Barr dirije nuestra mirada a los servicios de realidad aumentada haciendo énfasis en la información disponible sobre los inmuebles, ¿
cuánta información nos parecería adecuada si se tratara de nuestra casa? Es para pensar.

La geolocalización, por sí misma, no es un problema. El riesgo reside en el uso que se haga de la información y los procedimientos o
mecanismos de supervisión en la gestión de la misma. Pone ejemplos de los servicios públicos, privados y hasta comerciales que pueden
aprovechar la información de geolocalizada para ofrecer servicios de calidad dentro de los parámetros de seguridad esperados.

Como es obvio, las tecnologías por sí mismas no representan amenaza ni ventaja, todo dependerá de nuestra postura frente a su uso y de las
acciones concretas que se lleven adelante para normalizar y velar por el uso adecuado de los datos.