La soledad del bloguero de fondo

Con una actitud claramente provocadora subió Antonio Fumero al estrado del EBE y consiguió su objetivo. «¿De qué va este tío?», «El Risto Mejide del 2.0», «¿Está sobreactuando?», «No se puede ser gracioso con ese traje» eran algunos de los mensajes que se podían leer en twitter. Antonio lanzó más preguntas que respuestas reconociendo que él estaba ahí porque «no había presupuesto para que esta conferencia la diese un gurú».

Atacando al buenrrollismo imperante en las redes sociales, Antonio animó a que no nos creyésemos todo lo que nos contaban, empezando por él mismo. Los más bajos instintos de los presentes salieron a relucir cuando enfrentó a emprendedores y empresarios: «¿Por qué todo el mundo tiene que ser emprendedor?». Con una cerveza en la mano, cortesía de la organización, Fumero mencionó que el fracaso no era negativo en si mismo sino que lo negativo era hablar de él con desprecio: «el fundador de Keteke luce con orgullo su fracaso en su curriculum».

«Ser bloguero es lo mismo que ser futbolero, nadie se dedica a ser futbolero» fue otra de las provocaciones de Antonio. «Lo que antes eran blogs ahora son redes sociales, los que antes eran blogueros ahora son community managers», momento impagable en el que todos los asistentes se miraron unos a otros como si no se supiese de qué estaba hablando y en el que nadie se dio por aludido.

Fumero se «ganó» al público con su insatisfacción. La soledad del bloguero era fruto de esa insatisfacción. Una cascada de preguntas sin respuestas. Pitos y aplausos para terminar una ponencia que dejó patente que Antonio no dejé indiferente.