El crowdfunding ha abierto en los últimos años posibilidades de financiación para ideas, proyectos y productos antes inimaginables. En #EBE12, gracias a la colaboración de Ayuda en Acción (@ayudaenaccion), tendremos una sesión dedicada a reflexionar sobre este tema con Olivier Schulbaum de Goteo.org. Será el viernes 2 de noviembre en la Sala Verde de 20:00 a 20:30 horas.
Internet está creando realidades y amplificando prácticas que antes se quedaban en comunidades muy locales o muy íntimas. La red multiplica y socializa la forma de consumir, de viajar, de informar, de hacer política, de gestionar. Y eso, inevitablemente – y afortunadamente también – genera nuevas posibilidades para la economía.
Las plataformas de crowdfunding (financiación colectiva) se encuentran en plena expansión por la red. A grandes rasgos el canon de diseño funcional y conceptual de todas ellas es por lo general el mismo: (a) pequeñas cantidades económicas prefijadas y escaladas que aportan muchos ciudadanos a cambio de recompensas individuales preestablecidas, (b) un objetivo de financiación que si no se alcanza en el plazo previsto no activa finalmente ninguna de las transacciones, y (c) la confianza como motor del acuerdo, según el cual el impulsor del proyecto llevará a cabo la obra prometida, y hará llegar también las recompensas establecidas a cada una de las personas que le han ayudado a financiarlo.
Olivier Schulbaum (@platoniq) es Cofundador de la organización internacional de productores culturales y desarrolladores de software Platoniq y vicepresidente de la Fundación Fuentes Abiertas desde la cual codirige la plataforma de crowdfunding (financiación colectiva) Goteo.org (@goteofunding). Trabaja como consultor en numerosas organizaciones nacionales y extranjeras aplicando sus conocimientos y amplia experiencia en metodologías para la innovación social a través de las TICs.
Goteo.org (plataforma impulsada por Platoniq (youcoop.org) y la Fundación Fuentes Abiertas) aparece en noviembre 2011 con el objetivo de ir un paso más allá en este modelo. Suma a la financiación colectiva la colaboración distribuida (apoyo en la realización de tareas, prestamos de material o infraestructura), y se centra en sacar a la luz el lado abierto de cada proyecto: su potencial para compartir herramientas, información, conocimiento o archivos significativos para la sociedad. Estas características tienen efectos secundarios altamente interesantes para los emprendedores, como la generación de comunidades de interés, la estrategia del “open” para aumentar el impacto del proyecto y la capacidad de generar expectativas o el interés de los usuarios de forma previa a la obtención de los resultados, productos o servicios.
Al igual que la cultura es «compartida», la economía también debe ser compartida, usando unas herramientas y filosofía apoyadas también en la transparencia y la liberación de datos.