La soledad puede ser de un corredor de fondo y por qué no, de un bloguero de fondo también. Antonio Fumero (@amfumero), autor de Antoine´s blog podría ser, no sé, uno de ese tipo de blogueros. ¿Cuál es la condición necesaria para adquirir esa categoría?, tendría que ser la pregunta.
Normalmente el ejercicio de escribir se lleva a cabo en soledad. Es la forma más fecunda que nos permite plasmar en una hoja en blanco aquello que fluye de la cabeza a los dedos de las manos que son los encargados de realizar el trabajo físico de pulsar el teclado del ordenador para formar frases que, especialmente en los textos de ficción, nos permiten hacer volar la imaginación a los lectores. Al que redacta este post, que por lo tanto es también redactor, lo de escribir siempre le ha representado una dedicación muy complicada, pero verdaderamente necesaria, quizás porque un día de cabreo escolar allá a finales de la década de los 70, se propusiera a sí mismo que en su vida iba a resultar fundamental saber juntar palabras con un mínimo de sentido. Algo que el tiempo le ha confirmado.
Ser bloguero no está de moda, o no lo está tanto como hace dos o tres años. ¿Importa la moda? Escribir en un blog sigue representando un ejercicio mantenido en el tiempo que demanda disciplina, capacidad para aportar novedades y puntos de vista atractivos, así como habilidad para ofrecer aquello que es necesario en el momento adecuado. ¿Le han quitado clientela a los blogs las otras herramientas del social media? El tiempo es limitado a los efectos de las manecillas del reloj y repartir nuestra presencia en varias parcelas resta presencia a los blogs, que otrora reinaban en solitario.
Quizás el paso de los días nos está indicando que las herramientas de la web participativa o web social, o como sea, tienen distintas funciones y que el uso que hacemos de ellas otorgan a cada cual un valor. Así las cosas, si hablamos de poner en circulación conocimiento, probablemente el sujeto de la acción sea el bloguero. ¿ Aquel que se aprecia en el horizonte, justo desde esa distancia extrema que nos confirma su vocación persistente por seguir en solitario? La conversación se ha desplazado a diferentes plataformas. En línea con eso, los blogs ya no reciben tantas voces escritas en forma de comentarios… Hay de todo, claro, “pero a mi los dedos de la mano se me inquietan cuando tengo que escribir más de 140 caracteres”, se escucha decir por algunos lugares de líneas cruzadas, impactos necesarios y diálogos de menos voltaje.
Benito Castro